Hoy me comí tres trozos –no me pude resistir – de
una tarta de Santiago que suele hacer mi amigo Sergio y su familia. Una
delicia: tarta de almendras con hojaldre y por supuesto, el tradicional adorno
de la cruz de Santiago en el centro hecho con azúcar impalpable y un poco de
canela. Digno de ser probado, de veras.
Claro, la tarta estaba riquísima, pero, después
vienen las preguntas internas. Entre ellas: ¿por qué comiste tanta tarta,
bestia? Porque soy un glotón empedernido y cuando me gusta algo lo como con
ganas. Por supuesto, luego me arrepiento, pero, ya es tarde. Falta voluntad,
que debe ser formada por cada uno para no caer en la tentación, –en este caso –
de no comer demasiado.
Hay tantos hambrientos en el mundo como obesos. Lo
informó la organización mundial de la salud. Sí, los obesos son multitud y van
en acenso. Dicho organismo dice que la obesidad es el problema principal del
siglo XXI de la salud, es decir, es la enfermedad del siglo. Al menos donde se
puede comer y comer bien. Tremenda información no es para ser tomada a la
ligera ni para desmentir sarcásticamente, no. Hay que tomarla muy enserio.
¡Cuántos problemas nos acarreamos por ser glotones o por ser sibaritas!
Basta de Alcohol, basta de fumar como un zapo o
zapa, basta de excedernos en los alimentos, de comer cualquier cosa, de buscar
comidas refinadas por ser snob. Abajo las enfermedades cardiovasculares, la
diabetes y los triglicéridos. A cuidarse y ser más generosos con los que pasan
hambre que son muchos pobres en el mundo. Al menos yo me hago cargo y me hago el propósito de
no comer más como un desesperado, mejorar mi salud y ayudar en lo que esté a mi
alcance para que el tiene hambre que coma lo que a mí me sobra bastante... Eh dicho
amigos.
Y ¿las tartas de Santiago de Sergio? Habrá que
compartirlas o no quedarse solo con ella.
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